El sector educativo se ha visto muy afectado por la pandemia mundial del coronavirus. Colegios universitarios, facultades, escuelas y centros educativos tuvieron que enviar a sus alumnos a casa. Las clases se impartieron a través de módulos en línea y herramientas de colaboración virtuales. Durante todo el confinamiento, profesores y ponentes se sirvieron de soluciones de videoconferencia más adecuadas para la interacción social que para enseñar.
Ahora que todos estamos retomando gradualmente la actividad laboral tras el confinamiento, ¿qué le depara el futuro a un sector que aspira a fomentar el aprendizaje, ya sea a distancia o en el aula?
En primer lugar, recordemos brevemente el comienzo de la pandemia. Se produjo un notable parón en el suministro de tecnologías audiovisuales (AV) para la educación superior, y los proyectos en curso se interrumpieron mucho antes que en otros sectores.
Jim Schanz, vicepresidente de ventas mundiales de sistemas integrados de Shure, lo explica así: “Por desgracia, para muchos esto supuso la aplicación de un mosaico de soluciones para salir del paso a corto plazo sin tener muy en en cuenta la experiencia del alumno”.
Los proveedores de educación y formación están invirtiendo en tecnologías que les ayuden a adaptarse a las nuevas normas de distanciamiento físico que exigen unos grupos más pequeños de alumnos más separados en grandes aulas y auditorios. En algunos casos, esto les ha llevado a la conclusión de que los métodos actuales de aprendizaje a distancia y mediante streaming tal vez no sean suficientes para ofrecer una enseñanza de alta calidad, sobre todo en la modalidad de “un docente a varios estudiantes”.
Ahora muchas instituciones tienen claro que necesitan contar con herramientas dedicadas para ofrecer ese nivel de docencia, algo que muchos sistemas audiovisuales actuales sencillamente no permiten.
En Shure, prevemos que habrá una proliferación de pequeñas salas en las que los profesores o formadores podrán impartir su clase ante grupos remotos en un espacio mucho más adecuado para presentar información que una enorme aula universitaria vacía.
Jim Schanz prosigue: “También prevemos que esos espacios estarán dotados de equipos de audio y vídeo comparables a los de una sala de juntas de alto standing”.
La prioridad será asegurar que todos puedan ser escuchados, que se puedan hacer preguntas y que los documentos puedan leerse y compartirse sin problemas.
En el sector educativo, la rápida transición al aprendizaje remoto hizo que muchas instituciones tuvieran que adaptarse a esta nueva modalidad sin estar del todo preparadas para ello.
Según comenta Jim Schanz: “No todas las universidades contaban con un programa adecuado de aprendizaje a distancia y, en muchas ocasiones, ha quedado claramente demostrado lo mal dotadas que estaban en lo que a sistemas de audio se refiere. Los usuarios finales tuvieron la oportunidad de detectar las carencias y determinar en qué casos los equipos simplemente no estaban a la altura, y muchos reconocieron que necesitaban un sistema audiovisual mejor para poder transmitir convenientemente sus conocimientos en la modalidad de un profesor a varios alumnos”.
En la actualidad, las escuelas están adoptando estrategias diferentes en función del lugar del mundo en el que se encuentren. Algunas han decidido implementar una docencia remota durante el primer semestre o todo el año, mientras que otras han optado por una modalidad híbrida de aprendizaje remoto y distanciamiento físico en el aula. En cualquier caso, las soluciones de audio diseñadas específicamente para aulas con distanciamiento físico se convertirán en una característica a corto y largo plazo. Por ejemplo, los micrófonos de array con patrones de cobertura ajustables, como la gama Microflex Advance de Shure, garantizan que se pueda escuchar a los profesores en cualquier lugar de la sala y permiten a los alumnos participar en las clases sin tener que pasarse el micrófono de mano en mano.
Esta tecnología garantiza, además, que los alumnos en remoto puedan escuchar y comprender las preguntas y exposiciones de sus compañeros y docentes presentes en el aula física. La claridad del audio del docente y de los alumnos es esencial en este escenario. Pero todos sabemos que no todos los conferenciantes, formadores y profesores tienen una voz atronadora. Así que recomendamos la tecnología de amplificación de la voz. La amplificación de la voz resulta útil en diferentes situaciones y entornos, especialmente cuando la conversación es interactiva y multidireccional, por ejemplo, con alumnos físicamente distanciados y un docente que se encuentra frente a ellos en el aula. Acaba con la necesidad de pasarse un micrófono para recoger las preguntas y exposiciones de los alumnos, garantizando que todos ellos puedan participar en la conversación independientemente de si están en el aula o en sus casas.
La transición al aprendizaje remoto a gran escala fue repentino e imprevisto. Demostró la enorme importancia de las videoconferencias en la educación y también puso de manifiesto las carencias de muchas soluciones audiovisuales. En vista de ello, no sorprende que el sector educativo dirija ahora sus esfuerzos a dotarse de equipos más avanzados y programas de software integrados concebidos para ofrecer una claridad de audio y una inteligibilidad de la palabra siempre uniformes en cualquier entorno educativo y de aprendizaje.
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